VII. ORIENTACIÓN PSICOPEDAGÓGICA Y
EDUCACIÓN EMOCIONAL
7.1. Orientación Psicopedagógica
Se distinguen modelos básicos de
intervención, áreas temáticas, contextos y agentes. De este marco se desarrolla
el área de la orientación para la prevención y el desarrollo. Dentro de ella,
se toma en concreto la educación emocional.
7.1.2. La Educación Emocional
Es una innovación educativa que responde a
necesidades sociales no atendidas en las materias académicas ordinarias. La
fundamentación está en el concepto de emoción, teorías de la emoción, la
neurociencia, la psiconeuroinmunología, la teoría de las inteligencias
múltiples, la inteligencia emocional, el fluir, los movimientos de renovación
pedagógica, la educación psicológica, la educación para la salud, las
habilidades sociales, las investigaciones sobre el bienestar subjetivo, etc.
El objetivo de la educación emocional es el
desarrollo de competencias emocionales: conciencia emocional, regulación
emocional, autogestión, inteligencia interpersonal, habilidades de vida y
bienestar.
7.2.1. Repensar la orientación
Repensar el concepto que se tiene de
orientación, ya que se trata de un marco teórico en evolución que está
cambiando continuamente. Actualmente se tiene una concepción mucho más amplia
de la orientación que el concepto clásico que se tenía en la primera mitad del
siglo XX.
Teniendo en cuenta estos considerandos,
adoptamos una definición de Orientación Psicopedagógica como un “proceso de
ayuda y acompañamiento continúo a todas las personas, en todos sus aspectos,
con objeto de potenciar la prevención y el desarrollo humano a lo largo de toda
la vida. Esta ayuda se realiza mediante una intervención profesionalizada,
basada en principios científicos y filosóficos”.. Conviene insistir en que la
orientación es un proceso continuo, que debe ser considerada como parte
integrante del proceso educativo, que implica a todos los educadores y que debe
llegar a todas las personas, en todos sus aspectos de desarrollo personal y
durante todo el ciclo vital.
7.2.2. Marco de intervención de la
orientación psicopedagógica
La orientación psicopedagógica asume un
amplio marco de intervención. Muchos autores se han ocupado de presentar el
marco general de la orientación, como por ejemplo Monereo (1996), Monereo y
Solé (1996), Repetto Talavera, Rus Anega y Puig Balaguer (1994), Rodríguez
Espinar, Álvarez González, Echeverría y Marín (1993entre otros, vamos a sistematizarlo estableciendo la
distinción entre modelos, áreas, contextos y agentes.
A continuación se
hace una breve presentación de este marco.
7.2.2.1.Modelos de intervención
Vamos a referirnos a los modelos básicos de
intervención como estrategias para conseguir unos resultados propuestos.
En la práctica se pueden distinguir tres
modelos básicos de intervención:
a)
el modelo clínico (counseling), centrado en la atención individualizada, donde
la entrevista personal es la técnica característica;
b)
el modelo de programas, que se propone anticiparse a los problemas y cuya
finalidad es la prevención de los mismos y el desarrollo integral de la
persona;
c) el modelo de consulta o asesoramiento
(donde la consulta colaborativa es el marco de referencia esencial), que se
propone asesorar a mediadores (profesorado, tutores, familia, institución,
etc.), para que sean ellos los que lleven a término programas de orientación.
7.2.2.2.Áreas de intervención
Consideramos que existe una orientación
psicopedagógica con múltiples aplicaciones y áreas temáticas. Siguiendo un
criterio histórico podemos recordar que la orientación surgió como orientación
vocacional. Su conceptualización se fue ampliando principalmente a partir de la
“revolución de la carrera”, adoptando un enfoque del ciclo vital. Aportaciones
posteriores, como la “educación para la carrera”, han propuesto la integración
curricular y el desarrollo de la carrera en las organizaciones, entre otras
propuestas.
Como consecuencia de lo que antecede, el
marco de intervención de la orientación psicopedagógica incluye las siguientes
áreas de intervención y formación de los orientadores: ■ Orientación
profesional ■ Orientación en los procesos de enseñanza-aprendizaje ■ Atención a
la diversidad ■ Orientación para la prevención y el desarrollo Conviene
insistir en que no se trata de áreas separadas, sino que están
interrelacionadas.
7.2.2.3.Contextos de intervención
La
distinción de los contextos de intervención está en función del proceso
evolutivo del individuo a orientar. Se trata de una categorización centrada en
el orientado, no en el orientador. El orientado se encuentra en primer lugar en
el sistema educativo formal. La orientación en el sistema escolar atiende al individuo
en tanto es alumno o estudiante.
Desde el punto de vista evolutivo no son
categorías excluyentes. Vamos a simplificar los posibles contextos de
intervención en tres grandes categorías: ■ Sistema escolar (educación formal) ■
Medios comunitarios ■ Organizaciones
7.3. Agentes de la orientación
La orientación psicopedagógica es un trabajo
en equipo que implica a un conjunto de personas: son los agentes de la
orientación. Entre ellos está el orientador. Su formación, a efectos legales,
puede ser en pedagogía, psicología o psicopedagogía. Pero además del orientador
intervienen los tutores, profesorado y familia cuando nos referimos al contexto
escolar. A ellos se pueden añadir, cuando estén en el centro, el maestro de
pedagogía terapéutica, logopeda, fisioterapeuta, trabajador social, médico,
etc. Cuando nos referimos a contextos extraescolares debemos contemplar equipos
multiprofesionales que incluyen a psicopedagogos, pedagogos, psicólogos,
educadores sociales, trabajadores sociales, médicos, técnicos en desarrollo de
recursos humanos, economistas, etc., siempre
en
función de los objetivos que se propongan en los programas de intervención.
Mención especial requiere la labor de los paraprofesionales y la ayuda entre
iguales (peer counseling). En resumen, la orientación es un concepto amplio que
implica a múltiples profesionales y paraprofesionales, cada uno de ellos con
sus funciones específicas.
7.4.
La orientación para la prevención y el desarrollo
La orientación para la prevención y el
desarrollo se propone la prevención en sentido amplio y el desarrollo personal
y social. Estos se pueden considerar como fines de la orientación y de la
educación en general. La convicción de que para ciertos problemas
(drogadicción, embarazos no deseados, accidentes como consecuencia de
conducción temeraria, sida, etc.) la mejor solución (muchas veces la única) es
la prevención primaria, ha dado lugar a un énfasis en la prevención. Como
complemento está el desarrollo humano, entendido como el desarrollo de la
persona en todos sus aspectos (intelectual, cognitivo, social, moral,
emocional, etc.).
Prevención y desarrollo constituyen las dos
caras de una misma moneda. Así, por ejemplo, cuando se habla de desarrollo de
la salud, se piensa en prevención de la enfermedad. La evidencia demuestra que
muchas veces prevención y desarrollo van tan unidos que resulta difícil
distinguir entre ellos. Por esto se habla de prevención y desarrollo como una
expresión acuñada. Dentro de la orientación para la prevención y el desarrollo
se pueden considerar un conjunto de propuestas como: habilidades de vida,
mejora de la autoestima, prevención del estrés, reestructuración cognitiva,
cambio de atribución causal, técnicas de relajación, imaginación emotiva,
desensibilización sistemática, temas transversales (educación para la salud,
educación sexual, educación moral, educación ambiental, educación para la paz,
educación viaria, educación del consumidor, educación para la igualdad), etc.
Una de las propuestas en esta línea es la educación emocional.
7.5.
La educación emocional
La educación emocional es una innovación
educativa que se justifica en las necesidades sociales. La finalidad es el
desarrollo de competencias emocionales que contribuyan a un mejor bienestar
personal y social. Se concibe la educación emocional como un “proceso
educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo de las
competencias emocionales como elemento esencial del desarrollo integral de la
persona, con objeto de capacitarle para la vida. Todo ello tiene como finalidad
aumentar el bienestar personal y social”. La educación emocional es un proceso
educativo continuo y permanente, puesto que debe estar presente a lo largo de
todo el currículum académico y en la formación permanente a lo largo de toda la
vida.
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