Perfil

III. PERFIL DEL PSICOPEDAGOGO



3.1. Perfil del Psicopedagogo


3.1.1.      Surgimiento y Evolución del Psicopedagogo


   Al ser la figura del psicopedagogo relativamente nueva (desde 1992), pensamos que era necesario conocer su origen y evolución para concretar la situación actual de dicha ciencia y del rol del psicopedagogo. Durante muchos años, los psicólogos de la educación han tenido dos áreas fundamentales de actividad: a) la enseñanza de la disciplina en las escuelas de formación del profesorado y en las facultades universitarias de psicología y ciencias de la educación b) las tareas de investigación realizadas en los departamentos universitarios y en los institutos de investigación La Psicopedagogía surge en un primer momento como una respuesta a la demanda planteada por la escuela, relacionada con las dificultades de aprendizaje dadas en ese ámbito escolar

       3.1.2.      Papel y Funciones del Psicopedagogo



   El psicopedagogo es un profesional que se ocupa del ser humano, sano o enfermo, en situación de aprendizaje. Puede desarrollar sus actividades en el ámbito de la salud y de la educación, con el objeto de obtener mejores logros del individuo y de la comunidad en la que se desenvuelve. Al decir que se ocupa del sujeto en situación de aprendizaje no sólo nos estamos refiriendo al proceso sistemático desarrollado por diferentes instituciones como particulares exigencias. Es común pensar que el psicopedagogo “atiende a los niños con n.e.e.( necesidades educativas especiales) en la escuela”. Sin embargo, su tarea es mucho más amplia. También se ocupará del sujeto en procesos de aprendizaje asistemático ya que, en realidad, aprendemos desde que nacemos hasta que morimos, y no solamente mientras asistimos a una institución educativa. Podrá ofrecer alternativas de atención en todas las etapas del desarrollo, desde la estimulación temprana hasta abordajes terapéuticos en la tercera edad.


       3.1.3.      Ética Profesional y Códigos Deontológicos



    Una de las competencias básicas de todo profesional en la actividad orientadora, va a ser el desentrañar qué tipo de relación ha de establecer con sus clientes, según la ética y la moral predominante El perfil del psicopedagogo  en el contexto en el que ambos estén situados y qué uso se puede hacer de la información obtenida profesionalmente. En nuestra sociedad multicultural esta moral puede ser tan diversa que se interpreta que ha de existir una moral universal o código ético. Las razones por las que una reflexión deontológica es importante nos vienen dadas por: - la necesidad comercial de tranquilizar a los usuarios de la psicopedagogía - contribuir a una estabilización social de un sector productivo - la regulación de los intruisismos y el interés por controlar la frivolidad de uso de material psicopedagógico. - el orientador es un profesional que realiza una ayuda técnica para que otro, alcance su autogobierno y plena capacidad de decisión sobre sí mismo, con el fin de que alcance el equilibrio y la integración de su personalidad en el logro del bien.

       3.1.4.      Aspectos Generales de la Relación Orientadora


    Buscar el bienestar del cliente, su satisfacción y logro de beneficios. - Respetar sus derechos como cliente y como persona. - Respetar sus propias convicciones y formas de comportamiento. - Evitar la dependencia de los clientes en los orientadores. - Respetar la singularidad y diversidad de cada uno. - Respetar los intereses de cada persona - Realizar un seguimiento de cada cliente, procurando conocer su trayectoria y no abandonarlo a la mitad de un proceso de orientación.

       3.1.5.       Confidencialidad sobre la Información Recogida 


   Uso restringido y totalmente confidencial de la información recogida. - Ser precavido para impedir su conocimiento y difusión por personas poco cualificadas. - Guardar celosamente los datos y no divulgarlos sin el consentimiento del cliente. - Sólo se podrán usar instrumentos técnicos con el consentimiento del cliente, y en caso de uso de los datos han de mantener el anonimato.

       3.1.6.      Actividades de Responsabilidad profesional


-          No actuar en ámbitos que se desconoce o sobre los que tiene un conocimiento muy superficial.
-          Asumir las limitaciones y no comprometerse a actuar con competencias muy difusas o diluidas según su propia especialidad.
-          Facilitar de colega a colega, la información fundamental referida al alumno o cliente cuando éste esté atendido por otro profesional.

       3.1.7.      Relación con otros Profesionales


- Operativizar el principio de prudencia y prevención de los favoritismos o de situaciones delictivas.
- Prevenir la actuación máxima de la intervención orientadora dado que la finalidad de la orientación es el autocrecimiento personal.
 - Evitar la formación de dependencias que se generan en los clientes respecto al orientador (admiración, “enamoriscamientos”, incluso relaciones o aproximaciones afectivas).

       3.1.8.       Actividades de Evaluación, Valoración e Interpretación de datos


 - El profesional ha de conocer adecuadamente sus limitaciones y seleccionar con cuidado el diseño exploratorio y los instrumentos y procedimientos de análisis.

       3.1.9.      Formación y Supervisión de los Orientadores


   La formación del psicopedagogo ha de estar permanentemente actualizada, revertiendo en una formación alternativa y dedicación responsable por parte de los profesionales. - Ha de considerar de forma casi taxativa, la exclusión de la atención a personas con las que se tengan relaciones afectivas o de tipo profesional ya que el conocimiento enquistado de un determinado rol personal en las relaciones sesgan los diagnósticos y valoraciones del profesional.

       3.1.10.  Uso de la Información Recogida en Investigaciones y Publicaciones


   Mantener el anonimato de los alumnos o clientes que participen en la investigación o estudio o, en su caso, contando con su consentimiento.

       3.1.11.  Resolución de Conflictos Éticos


   Conocer los códigos deontológicos que le afecten y ajustar su comportamiento a las indicaciones recomendadas en tales planteamientos éticos y superar el concepto de corporativismo sileciando el conocimiento de actuaciones corruptas o delictivas de otros colegas, denunciando si así lo precisa, ante “comités-éticos”, la anomalía. Es preciso que unos códigos éticos rijan los comportamientos de los profesionales, regulando la actuación profesional y previendo la anarquía de conductas que podrían implicar desconocimiento moral, reacciones sociales agresivas.

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